Desde los comienzos de su carrera se interesó por la relación entre el cerebro y el cuerpo, y del organismo con el medioambiente. Inspirado en las lecturas de Gregory Bateson, Humberto Maturtana y Francisco Varela eligió el camino del conocimiento a través del estudio de la biología y, luego, de las neurociencias.
Obtuvo la licenciatura en Biología en la Universidad de Buenos Aires. Trabajó en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IByME) en el estudio de la modulación de la función cardiovascular por el sistema nervioso central.
Su interés por el estudio del funcionamiento del cerebro lo llevó a mudarse a USA donde vivió por 15 años. Estudió Neurociencias en la Universidad de Rutgers, donde obtuvo un Master bajo la dirección del Dr. Gyorgy Buzsáki, un muy importante referente científico en el campo de las bases neurofisiológicas de los ritmos cerebrales y sus correlatos cognitivos.
En el laboratorio del Dr Buzsaki se focalizó principalmente en estudiar cómo ciertos ritmos cerebrales influencian estructuras subcorticales (relacionadas con funciones autonómicas y endocrinas) un trabajo con implicancias para la comprensión del manejo del stress y estados emocionales.
Su interés por explorar las bases biológicas de la consciencia lo llevaron a participar de las primeras conferencias sobre el tema (Towards a Science of Consciousness) que se realizaron en Tucson, Arizona. En estas conferencias es testigo del comienzo de un diálogo público y exploración entre las “ciencias duras” y la “espiritualidad”. A partir de entonces, y en paralelo con lo que ocurría en otros ámbitos como en el Mind and Life Institute, diversos científicos se animaron a “salir del closet” y se permitieron estudiar, interactuar y debatir ante preguntas consideradas más “espirituales”. Preguntarse por la “consciencia”, por los efectos de la meditación o el uso de las ciencias contemplativas como método de indagación científica eran muy mal vistas dentro del mundo académico hasta mediados de los años 90.
Es en una de estas conferencias, en el año 1996, donde tiene la oportunidad de conocer e interactuar con Francisco Varela, biólogo muy comprometido con la práctica de la meditación budista. Varela fue el principal referente científico del Dalai Lama, conocido por cofundar el Mind and Life Institute, institución encargada de promover el diálogo entre la ciencia y el budismo.
Durante sus años en Nueva York estudió Meditación Zen en el Chogye International Zen Center y practicó diversas formas de Yoga para, desde 2007, dedicarse a la Iyengar Yoga.
Se unió a la Fundación Columbia como Director Científico de la Escuela de Meditación con los objetivos de apoyar su funcionamiento en consonancia con los conocimientos académicos y avances científicos, promover la investigación científica sobre la práctica de la meditación incluyendo el estudio de los cambios biológicos sobre la salud y el bienestar e implementar el uso de técnicas de biofeedback en la práctica de la meditación y en su uso como técnica de investigación.